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COLOMBIA Duque, atrapado entre negociar el fin de la protesta o disolverla con
más mano dura
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Aunque continúan las conversaciones entre
el Gobierno y los líderes sindicales y sociales, las
movilizaciones se extenderán al menos hasta el 28 de mayo.
Manifestantes
marchan durante la cuarta jornada de paro nacional contra el Gobierno
del presidente Iván Duque, este miércoles en Bogotá. / CARLOS
ORTEGA (EFE)
Abel
Gilbert
Buenos Aires 20 de mayo del 2021. 18:47
Después de tres semanas del inicio del estallido social, el
presidente colombiano, Iván Duque, se encuentra en
una encrucijada: un camino le ofrece la posibilidad
de encontrar una salida política con los líderes de la protesta; el
otro le conduce a preservar su lealtad con el expresidente
Álvaro Uribe y los sectores más inclinados a la derecha,
que reclaman recuperar las calles a cualquier coste represivo.
Mientras Duque cavila, el conflicto promete más días de encendida
intensidad. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT)
anunció la continuidad de las movilizaciones, al menos hasta el 28
de mayo. A la par, negocia con el Gobierno. "Por supuesto
que tenemos el máximo interés en llegar a un acuerdo lo más pronto
posible", dijo el líder de la CUT, Francisco Maltés. La
demora, subrayó, "es responsabilidad de Duque". El Comité
de Paro ha exigido garantías para el ejercicio de la protesta y que
el Gobierno autorice la entrada al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"Esperamos que el Gobierno entienda que 17 millones de personas
se acuestan con hambre".
Maltés cree que las manifestaciones, a pesar de su alto coste en
vidas (han muerto 51 personas, 43 de ellas por acciones de la
policía), han frenado dos de los proyectos oficiales que
buscaban descargar el peso de la crisis económica en los más
desposeídos: primero, la reforma
tributaria y, horas atrás, los cambios en el sistema de
salud
El mapa político colombiano cada vez se parece más al de 2016,
cuando la derecha se opuso con su arsenal de fake news al
acuerdo de paz que había suscrito la Administración
de Juan Manuel Santos con las FARC.
El uribismo, entonces ardiente promotor del 'no' al pacto de La
Habana, ganó la consulta popular por escaso margen. Desde que se
iniciaron las manifestaciones y los bloqueos de carreteras, reclama
disolverlas con mayor dosis de dureza. Uribe repite que, de lo
contrario, Colombia será otra Venezuela. A
diferencia de lo ocurrido hace cinco años, la prédica del
exmandatario ha perdido intensidad. El heterogéneo voto por el 'sí',
en tanto, tiende a comprender mejor las razones que encendieron la
mecha del estallido social. "Son dos narrativas
paralelas -y contrapuestas- que ponen nuevamente en
evidencia el abismo", señaló la revista digital La silla
vacía.